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La gloriosa producción del 99

Posted by Daniel PS on 17:38 in , , ,
2009 sirve de efeméride para recordar la paranoia global del efecto Y2K (irónicamente, la manifestación más cercana de este fenómeno se vivió el 1 de enero de 2009, con el gigantesco signo de interrogación que se creó en torno a las unidades de reproducción multimedia ZUNE de Microsoft y el problema de su sistema operativo para asimilar el concepto del año bisiesto...), aunque no sólo por ello.

Los cinéfilos que no le hacen ascos al cine hollywoodiense recuerdan con añoranza un año redondo cuando se echa la vista atrás al año que sirvió pra cambiar dígitos. Vamos a repasar algunas de las joyas del 99:


American Beauty: para muchos, el paradigma de un cambio. Cinco Oscars (seis para quienes consideramos injusto que Newman no se llevara, una vez más, la estatuílla por un score que ha sentado cátedra para las partituras venidera) y un bofetazo de frescura a la producción norteamericana avalan esta versión a imagen real del espíritu transgresor y cáustico de Los Simpsons. Su guionista y cerebro, Alan Ball, continuó la senda trazada por esta fábula de clase media en 'A dos metros bajo tierra'.


The Insider: infravalorada en su momento, esta obra maestra de Michael Mann le sirvió para virar su modo de hacer cine hacia una narración más instrospectiva que ya inició en su anterior epopeya poliaca, 'Heat'. De sus siete nominaciones al Oscar no vio más que las intenciones, pero hoy día respira con la misma juventud y solvencia que el primer día, reconociéndose en muchos de sus pasajes la sombra que ha vertido sobre un cine de intriga diferente. Sin 'The Insider' no habrían existido maravillas como 'Michael Clayton'.


Huracán Carter: Denzel Washington logró su segundo oscar por este filme... aunque se lo dieron dos años más tarde, cuando Antoine Fuqua lo dirigió en la insulsa 'Training Day' (caso parecido al de Russel Crowe, quien vió cómo su brutal trabajo en 'The Insider' era galardonado un año más tarde en 'Gladiator'). La historia de este luchador dentro y fuera del ring emocionó a crítica y público y le valió el reconocimiento de ser una de las películas más rentables del 99.


Un domingo cualquiera: epiléptica épica del fútbol americano como metáfora de la vida, la película de Oliver Stone provocó el rechazo de muchos, aunque vista con el tiempo puede considerarse una de las obras mayores de este transgresor tendente a la megalomanía. En casi tres horas, Stone hiló una trama compleja acerca del riesgo, el orgullo y las oportunidades perdidas. El trabajo de edición de este filme ha sido raras veces igualado desde entonces.

Eyes Wide Shut: la obra póstuma del genio Kubrick tuvo más empuje por el morbo de su pareja protagonista que por el contenido que proponía, y aunque los manierismos de su autor puedan invitar a un rechazo a veces justificado, la verdad es que en pocas ocasiones se ha podido disfrutar de una historia sobre los fantasmas de la desconfianza de ese calado.

La milla verde: Darabont en el papel de Dabaront, o más Darabont que nunca. El pupilo de Spielberg cerraba su díptico carcelario con esta fábula sobre la redención que continuaba a su gran 'Cadena perpetua'. De nuevo, Thomas Newman orquestaba una banda sonora brillante. Sorprendió la candidatura del gorilón Michael Clarke Duncan al mejor actor secundario. Para muchos, fue el comienzo de un romance que aún continúa con el versátil y siempre maravilloso Sam Rockwell.

The Matrix: no es que me guste especialmente este filme, pero a dios lo que es de dios y al César lo que es del César. La ciencia-ficción y el cine de acción contemporáneo son incomprensibles sin la obra maestra de los hermanos Wachowsky. Aún recuerdo a Carlos Colón rasgándose las vestiduras en la Cadena Ser la mañana que siguió a la entrega de los Oscar por haber sido esta película galardonada con cuatro Oscars (efectos especiales, montaje, sonido y edición de sonido).

Sleepy Hollow: con un par de años de retraso llegó la película más lírica de Burton (amén de Sweenie Todd y la venidera adapatación de Alicia en el País de las Maravillas), un sentido homenaje a los títulos de la Hammer que el público no entendió y en el que Andrew Kevin Walker empezó a perder el crédito obtenido como guionista en 'Seven'. De cualquier modo, este cuento gótico de terror fue una delicia para quienes supieron saborear los guiños.

South Park: sobran las palabras.

El talento de Mr. Ripley: grandes descubrimientos de dos actores hasta entonces ocultos en las sombras de su juventud. Matt Damon y Jude Law emergieron como dos monstruos físicos e interpretativos en la revisión de la intriga de Patricia Highsmith firmada por el estético Anthony Minghella.

Tres Reyes: David O´Russel presagió lo que ocurriría años más tarde en esta electrizante comedia moral ubicada en la Guerra del Golfo. Sus tres reyes ladrones camparon a sus anchas por el desierto de Irak a golpe de lenguaje videoclipero hasta remover sus conciencias y la de los sorprendidos espectadores. Fue además donde la pantalla grande empezó a conocer a Spike Jonze, antes de que se cogiera de la mano de Charlie Kauffman para perpetrar su insólita 'Cómo ser John Malkovich'.

Las vírgenes suicidas: nació una estrella... años después de que sus padres la trajesen al mundo. Sofia Coppola dirigió su primera película, y el rictus de crítica y público fue notoriamente más satisfactorio de lo que lo fue en su malograda aparición en la película con la que su padre cerraba la trilogía de 'El Padrino'. Drama juvenil de calado rockero, este filme puso las cartas de su estilo sobre la mesa y enamoró a quienes aún no han dejado de amar sus películas.

El club de la lucha: no hay palabras. La crítica crucificó esta película tildándola de pretenciosa, anarquista, terrorista, demagoga, mentirosa, infantil, perturbadora y retórica, entre otras lindezas. Tienen razón. 'El club de la lucha' es eso y mucho más. Sin esta película no se entendería gran parte de la producción que la prosigió, además de haber sido un exquisito ejercicio de estilo con el que su director, David Fincher, sentó las bases de una forma de hacer cine sobre las que más tarde continuó construyendo. La minuciocidad de su propuesta y el metalenguaje con el que jugó dentro y fuera de la propia historia aún son objeto de debate y admiración en internet. Todo en 'El club de la lucha' funciona, a pesar de que pasará a la historia como uno de los batacazos comerciales más importantes de la Fox (no compensó los gastos de producción y promoción hasta el lanzamiento de las ediciones en DVD). Ser un hereje no es fácil.

Evidentemente, no están todas las que son, pero son todas las que están.

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