1

Ese torino guapo

Posted by Daniel PS on 14:48 in , , ,
Hay dos Clint Eastwood. No son distintos, pero sí referenciales. Está el Eastwood de historias intrincadas, cargadas de lirismo y un cuidado aspecto formal. Es el Clint de 'El intercambio' o 'Más allá del jardín del bien y del mal'. No es un mal Eastwood, dado que como buen contador de historias, tener para sí recursos (y presupuesto) que le posibiliten contar con excelentes artesanos de la técnica y la interpretación hace que el resultado global sea mucho más satisfactorio. Qué diablos: es un buen Eastwood.

Pero hay otro Eastwood. El sencillo. El de cuentos oscuros pero rebosantes de optimismo. 'Million Dollar Baby' o esta 'Gran Torino' son dos ejemplos de ello. En su última película, el casi octogenario director-actor-músico hace alarde de esa sensibilidad que le caracteriza y que le hace único, personal, en la filmografía general que se estrena cada año. Nunca busca ser original ni rompedor en este tipo de cine, y precisamente esa liberación es la que lo capacita para dar en la diana dentro de las intenciones que requiere el relato.

Además, cuando Eastwood actúa, sabe quién es. Sabe que es Harry Callahan; sabe que es El Rubio de 'El bueno, el feo y el malo'; sabe que es un acertado cliché. Y lejos de distanciarse de ello, lo explota y aprovecha su sinergia. Ahora es un ex-veterano de la Guerra de Corea, una suerte de arisco estadounidense en tierra hostil: su propio barrio, donde otrora vivían sus semejantes y ahora se ha visto transformado en un suburbio de inmigrantes, asiáticos en su mayoría. A raíz del intento de robo de su joya más preciada, un Gran Torino de los 70, toma bajo su ala el encauzamiento de Tao, un joven vietnamita apocopaco que es asediado por una banda de delincuentes que intentan reclutarlos.

Esta historia de iniciación se convierte en la catarsis de un anciano que vive a la sombra de sus temores (sus terribles experiencias en la guerra y la tibia relación que tiene con sus hijos). El camino que el director escoge para narrar la transformación de sus personajes es impecable, cargado de emociones: humor, nostalgia y, cómo no, dolor. El pulso del relato es firme, equilibrado y rítmico como pocas veces se puede admirar en este tipo de cine. Todo funciona en 'Gran Torino'. No hay lugar para el aburrimiento o la disgresión. Además, están presentes todas las claves del cine de Clint Eastwood sin caer en el síndrome del calzador: fe, culpa y transformación.

Es incomprensible que 'Gran Torino' no fuese su caballo de batalla en los pasados Oscar. Aunque muchas veces es así mejor. No hacer ruido ayuda a que la voz se oiga mucho más fuerte.

|

1 Comments


IN-CON-TES-TA-BLE. Una obra maestra de las que ya no se ven. Eastwood inconmensurable, a sus casi 80 tacos.

Publicar un comentario

Copyright © 2009 El piloto automático All rights reserved. Theme by Laptop Geek. | Bloggerized by FalconHive.