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Porque es lobo y araña: Lobezno y la radiografía de una estrella

Posted by Daniel PS on 12:57 in ,
Redoble del destino y nace una estrella. Tanto en el cosmos como en el cine, el principio de entropía funciona como un reloj suizo de perfecto mecanismo. Hugh Jackman no tenía porque haber sido la fulgurante figura del mundo del espectáculo que es hoy. La culpa fue, en gran parte, de Tom Cruise. El pigmeo de oro contrató para su 'Misión imposible 2' a un semidesconocido escocés, Dougray Scott, para interpretar al malvado némesis que le ponía las cosas difíciles en la cinta de John Woo. Tan difíciles se las quiso poner que en una de las secuencias de acción (filmada sin dobles, dicen, se supone, entendemos...) Scott se lesionó la rodilla, haciendo imposible su participación en el proyecto que continuaba su agenda: la esperadísima adaptación X-Men. ¿Su papel? Un tal Lobezno.

Bryan Singer se puso nervioso. Y no era para menos. El peludo cascarrabias de garras de adamantium es uno de los iconos del cómic creado por Stan Lee, y sin duda, el personaje que más ojos iban a juzgar en la pantalla. El joven director y productor se las había visto complicadas para convencer al resto de responsables de producción de la necesidad de emplear a un fornido actor no demasiado conocido por el gran público para encarnar a Lobezno, y la caída de cartel de Dougray Scott suponía un incómodo varapalo para sus aspiraciones.

Pero entonces, llegó él.

Hugh Jackman nunca había trabajado en Hollywood. Y parecía que iba a entrar en una gran y esperadísima superproducción que, además, concentaba la atención de fans y ansiosos neófitos de un universo fundamental para entender la ciencia ficción made in Marvel. El resultado fue más que sobresaliente: un filme de acción con chicha, que no sólo no aburría en los pasajes dialogados, sino que además interesaba y distraía a partes iguales. Ese titán desconocido procedente de Australia era, en gran parte, un importante responsable de que la franquicia de 'X-Men' hubiese pasado el exámen con buena nota.

Era por tanto cuestión de tiempo que la Fox incorporase a la serie un spin-off/capítulo de precuela en el que se narrase lo acontecido justo antes de la primera entrega de 'X-Men'. Los seguidores pedían a gritos una película en la que se mostrase la génesis de Lobezno, y aquí la tenemos.

¿El resultado? Pssss. Quizás estamos ante uno de esos trabajos que zozobran en la marejada de su estrategia de promoción. Jackman hoy está en el ojo del huracán: ha sido declarado el hombre vivo más sexy del mundo, ha sido el primer australiano en presentar la ceremonia de los Oscar (con satisfactorios resultados), acaba de firmar su estrella en el paseo de la fama y, en general, su popularidad rivaliza con la Coca-Cola. Ante semejante peso pesado, la aventura del peludo mutante en 'solitario' tenía que convencer, y mucho, para estar a la altura.

Lo primero que puede decirse es que es la más floja de las cuatro franquicias de la serie cinematográfica de 'X-Men'. Una de las bazas con las que jugaban sus predecesoras era la coralidad de sus tramas, algo que sin duda enriquecía mucho sus historias. Aquí se ha intentado con un 'Wolverine & Friends' que chirría a causa de las convenientes entradas y salidas de personajes (la escasa presencia de un muy libremente interpretado Gambito es el paradigma en este sentido).

Por otro lado, el reparto completo le 'hace la cama' a Hugh Jackman, algo que se entiende como si los productores (atento, el propio Jackman es uno de ellos...) hubiesen equipado al carismático protagonista con un par de depósitos de óxido nitroso. Sólo Liev Schreiber le ha plantado cara, tanto en la producción como en la preproducción (este flexible intérprete adquirió 15 kilos de pura masa muscular en cuatro meses para incorporar su aspecto al de su brutal personaje... aunque a penas se ha hecho promoción de este aspecto). El resto de actores aparecen y desaparecen con más o menos fortuna, con la excepción de Danny Huston, que hace gala de una funcional corrección en pantalla, o el marido de Scarlett Johansson, Ryan Reynolds, divertido y atractivo a partes iguales.

El resultado global de la cinta pasa el aprobado, presentándose como una película palomitera y a ratos trepidante que, sin embargo, no cumple las expectativas de quienes buscan en el cine de acción un poco de contenido entre tollina y tollina.

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